Los que me leéis desde hace tiempo sabréis que según sale una novela de Eloy Moreno me la leo, me encantan sus obras y esta no iba a ser menos.
La protagonista es Luna, una niña con un sinfín de enfermedades que,
antes o después, terminarán por matarla. Luna es especial, es una niña diferente, como el título de la novela indica. Tiene una visión de la vida muy peculiar y esto hace que todo el mundo la quiera y aprecie.
Luna recibe la visita de una psicóloga que, aunque al principio no entiende muy bien cómo tratarla, poco a poco va entendiendo el modo de actuar que tiene Luna. La psicóloga llega para que la niña entienda la muerte y no le tenga miedo, lo que no sabe es que será ella la que reciba más ayuda de la niña que la niña de ella.
La novela, como la mayoría de novelas de Eloy, va dando saltos temporales, pasamos del presente al pasado, del pasado al futuro y, no solo eso, también tenemos saltos espaciales, ya que parte de la novela transcurre en Polonia.
La psicóloga al principio se muestra reticente a las teorías que Luna tiene sobre la vida, pero cuanto más habla con ella más atraída se siente por su mundo interior y por todas esas teorías que empieza a dejar de considerar locuras.
Una vez Luna se va, la psicóloga sigue las pistas que le ha dejado. Viaja a Polonia, pero lo que allí encontrará no es lo que ella cree que está buscando, no será hasta la última página donde descubramos qué o quién es realmente esa persona a la que ha estado persiguiendo.
La lectura de este libro me ha encantado, las páginas finales del libro las he leído emocionada, es imposible contener las lágrimas con muchos de los acontecimientos que se van narrando. Recomiendo este libro y todos los de este autor porque me parecen verdaderas maravillas. Son novelas que te hacen reflexionar y disfrutar con ellas de principio a fin.
El problema de aplazar el cariño es que depende del futuro, y eso es algo que ya no puede controlarse