domingo, 24 de noviembre de 2019

Mi vida sin ella

Esta reseña es una colaboración con Roberto Enrique Araque, autor del libro, que muy amablemente me ha enviado un ejemplar.

La obra es una historia de amor que se desarrolla en Venezuela, esta historia ya está desde el principio condenada al fracaso, pero iremos leyendo el desarrollo de la misma y cómo poco a poco las cosas se van torciendo en la pareja y el porqué de su ruptura final.

La obra está escrita con un lenguaje coloquial, en algunas ocasiones incluso demasiado coloquial, también hay muchas expresiones y vocablos típicos del país. Debido a las grandes diferencias que tenemos dentro del español, en algunos casos no entendía algunas palabras y expresiones, pero eso es lo bonito de este idioma, su diversidad.

El libro está escrito de manera narrativa, son capítulos breves de la vida de la pareja desde sus inicios hasta el final, con algunos diálogos intercalados. Todo se muestra desde el punto de vista del personaje principal, que puede parecer el alter ego del propio autor. Tanto la manera de contar la historia como los diálogos son muy naturales, da la sensación de estar leyendo un diario o estar teniendo una conversación con un amigo, el cual te está contando su vida y sus experiencias de la manera más natural y verídica posible.

El tema principal, como ya he mencionado, es una historia de amor. Desde el comienzo me recordó mucho a la serie YOU, un amor tóxico que ya se puede observar desde el principio. El hombre se enamora a primera vista de Ana, una mujer con la que se encuentra en la calle, y a raíz de este momento se obsesiona con la idea de que esa mujer tiene que ser suya, hasta el punto de analizar sus pasos e intentar provocar otro encuentro "casual".

Regresaba a casa y observé a Ana Gabriela en el bus que abordé. No quise saludar, me hice el duro; no obstante, me coloqué en un lugar donde fuese casi obligatorio verme. Nada. Ella no realizó algún gesto, ni siquiera parecía estar interesada en la gente que la rodeaba. Tenía la mirada perdida. Me acerqué al punto que logré invadir su espacio personal

Como ya he indicado al comienzo de la reseña, el lenguaje es muy coloquial, en ocasiones llega a ser incluso soez y machista. Esto es algo que no me gustó en absoluto, leer casi 60 páginas llenas de frases bastas y misóginas.

Cuando lo llevé al local invitó unos tragos y me presentó a todas las trabajadoras; desfilaron ante mí una por una, todas sonreían y me hacían cariñitos, me sentí como un niño en una juguetería

Llegaba al mediodía, me recostaba sobre la cama, estaba cansado, pero feliz, y pensaba: "¡Al fin tengo novia y puedo tirar gratis!"

Llegó un momento en el que me puse en contacto nuevamente con el autor para darle mi opinión antes de publicar esta reseña para decirle que el libro no era del todo de mi agrado, aunque para gustos los colores. He de decir que Roberto acepta muy bien las críticas y entablamos un debate en el cual cada uno expuso su punto de vista, además me explicó algunos aspectos y el porqué de algunas cuestiones que yo no lograba entender del libro. Esto es algo que le debo agradecer y que además es de valorar.

Para terminar, me quedo con una frase de la novela que me hizo mucha gracia:

Dicen que el amor lo puede todo, pero es mejor no intentarlo con hambre

2 comentarios:

  1. Hola, creo que es una historia bastante real, porque sin miedo a engañarme, si aquí aun estamos en una sociedad machista, imagínate allí. Buena reseña.

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  2. Sí, totalmente de acuerdo, desde el principio es una historia muy real, además a esto también ayuda el lenguaje tan coloquial que utiliza.
    Muchas gracias por tu comentario

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