lunes, 13 de noviembre de 2017

1984

Tenía ganas desde hace tiempo de leer esta novela, me apetecía leer algo con matices políticos que me hiciese reflexionar sobre el poder y la corrupción. Tras acabar este libro no he quedado indiferente. Tengo sentimientos encontrados, por una parte cumplí el objetivo de encontrar una lectura política sobre la corrupción y el ansia de poder. Por otro lado, en ocasiones la lectura se me hizo demasiado densa y a punto estuve de abandonarla.

Esta novela trata la tiranía y la dictadura de la sociedad en la que vive el protagonista de la novela. Una sociedad alienada, donde el gobierno ha conseguido manipular y someter a todos y cada uno de los habitantes de Oceanía. Es escalofriante ver hasta que punto las mentes pueden ser manipuladas, y aunque sea ficción, podemos encontrar parte de realidad si la comparamos con situaciones de la dictadura española o incluso situaciones políticas de hoy día. 

En ocasiones la trama se hace ágil y amena, llegando a enganchar al espectador, pero, por otro lado, en muchas ocasiones la lectura se hace densa, demasiadas descripciones y poco diálogo.

La reflexión que hace la novela sobre la sociedad y la política es una de las más completas y verosímiles que he leído nunca.

Saber y no saber, tener plena conciencia de algo que sabes que es verdad y al mismo tiempo contar mentiras cuidadosamente elaboradas, mantener a la vez dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer en ambas, utilizar la lógica en contra de la lógica, repudiar la moralidad en nombre de la moralidad misma

Crea conciencia del ansia de poder que tiene el ser humano y de la pasividad que muestra la sociedad ante actos opresores e inhumanos.

Hasta que no tomen conciencia no se rebelarán, y sin rebelarse no podrán tomar conciencia

La libertad consiste en poder decir que dos y dos son cuatro. Admitido eso, se deduce todo lo demás

Nos muestra como el verdadero problema de esta sociedad es que se somete al poder porque es más fácil que rebelarse. Prefieren fracasar voluntariamente que arriesgarse a luchar. Se unen en rebaños, masas que se dejan guiar al unísono. Los pocos que todavía tienen conciencia propia, como el protagonista, son los que realmente salen perdiendo o acaban rindiéndose al poder y dejándose llevar por el rebaño, traicionando sus propios valores.

En este juego que estamos jugando no podemos ganar. Ciertos tipos de fracaso son preferibles que otros, solo es eso.

Aunque sea un libro tedioso en algunos momentos, impresiona ver cómo algo escrito tantos años atrás puede asemejarse tanto al presente. Las reflexiones que Orwell nos ofrece sobre las masas, la sociedad y el poder es algo que merece la pena meditar. Aunque no ha sido uno de mis libros favoritos sí que ha conseguido marcarme en cierta manera.

La ideología oficial abunda en contradicciones incluso cuando no hay razones prácticas que las justifiquen

Pues el poder solo puede conservarse de manera indefinida mediante la reconciliación de las contradicciones

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